lunes, 25 de julio de 2011

A tu lado


Narra: Gerard Way 

Era esto lo que quería, ¿no? Morir. Solo, sin nadie para ayudarme. En mi casa, en la entrada, para que todos puedan ver el monstruo en el que me había convertido, el que había perdido a sus amigos, el que había alejado al ser amado. 
Pero no de esa forma, no quería que alguien me disparase por la espalda. Eso no era justo, y era moralmente -para mí- incorrecto. 
Pensé que el amor iba a matarme. Pensé que el Frerard iba a matarme; sería la muerte más hermosa que mis labios hubieran podido probar. 
-¡¿Gerard?! -gritó alguien a lo lejos, el cual pude escuchar. ¿Cómo no iba a escuchar su perfecta voz por arriba de todas las comunes y toscas voces de los demás? Volteé mi cabeza, y Frank estaba allí, bajando súbitamente de su camioneta, sin cerrar la puerta, dejándolo en marcha, corriendo hacia mí rápidamente. 
-¡¿Gee?! Dios mío, ¡¿qué te hicieron?! -sacó su celular y llamó a una ambulancia. Sonreí. 
Frankie, mi pequeño Frankie. Me volvía loco. En cada concierto, en cada fiesta, en cada momento que pasábamos juntos, siempre hacía algo, por más estúpido que fuera, que podía hacerme desearlo tanto como una persona en el desierto desea una botella de agua. 
-Gerard, perdón -me dijo. Yo seguía sonriendo- siento haberme enfadado contigo. Siento no haber estado cuando me necesitaste, como ahora.. -puse un dedo levemente en sus labios y reí, poco tiempo y sin fuerza, ya que me quedaba poca. 
Llegó la ambulancia y me llevó al hospital más cercano. El único que sabía qué habia pasado era Frank. 
Luego de varias horas -las que pasé totalmente anesteciado-, me llevaron a una habitación, aparentemente de terapia intensiva. Oí al médico decirle "Lo sentimos mucho.." a alguien, y escuché a Frank llorar. Me partió el alma. 
Pasaron varios minutos hasta que terminó, y fue cuando entró. Puse mi mejor cara de feliz cumpleaños, como si nunca hubiera pasado nada. Tenía los ojos hinchados y rojos. 
Se quedó a mi lado y, cuando sonreí, tomó mi pálida mano. 
-Frankie.. mi amoroso, sensual y adorado Frankie.. -él comenzó a llorar, algo histérico. 
-Maldito, estúpido infeliz, estás muriendo y sonreís.. -calló, como si hubiera dicho algo malo. Yo reí al ver su cara de espanto- no sé cómo aguantás.. 
-Voy a morir, -lo interrumpí, aún sonriendo-, y es la segunda de las tres cosas que más deseo.. 
-¿Cuál es la primera? -preguntó 
-Estar contigo.. 
-¿Y la tercera? -Vacilé, aunque sonreí más de la cuenta. 
-Morir a tu lado -sus lágrimas emanaron silenciosamente, bajando por sus mejillas hasta perderse en la comisura de sus labios, mientras que los mios fueron perdiendo fuerza.. y mis ojos se cerraron..

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