lunes, 25 de julio de 2011

I'm yours


Baby, I'm yours
And I'll be yours until the stars fall from the sky,
Yours, until the rivers all run dry
In other words, until I die

-¿Gerard? –dijo Frank tocándole el hombro a su amado con una mano y secándose las lágrimas con la otra.
-¿Sí, Frank? –se dio vuelta en la cama- ¿Otra vez esa pesadilla, lindo? –Frank asintió, y él lo abrazó.
-Tengo miedo de que se concrete, Gerard. –éste le besó el cabello, inhalando su esencia.
-No, no, no, Frankie. Nunca voy a irme de tu lado, nunca voy a dejar de amarte. Y por sobre todas las cosas, no voy a dejar que nada nos separe… ni nada ni nadie.

Baby, I'm yours
And I'll be yours until the sun no longer shines,
Yours, until the poets run out of rhyme
In other words, until the end of time

Se adentraron en la cafetería de la esquina de su hogar para sentarse en la mesa al cual les reservaban cada mañana. Se sonrieron, tomados de la mano, hasta que la camarera llegó a la mesa.
-Zac, Josh –sonrió a cada uno de ellos, los cuales sonrieron también- a ver… -sacó su anotador y una lapicera- vos, Zac, -señaló a Frank con la pluma- café descafeinado con dos tostadas –Frank sonrió y ella posó su vista en Gerard- y vos, Josh, un café negro con un tostado –él sonrió también y la camarera se retiró.
-Gracias, Mónica. –sonrió Gerard, a lo que la camarera respondió con un beso soplado.
-Gee –dijo Frank por lo bajo- ¿hasta cuando vamos a seguir con esto? –el mayor suspiró.
-No lo sé, Frankie, -apretó las manos del menor-, pero lo que sé es que vamos a seguir juntos. A pesar de todo y de todos, juntos. –Frank sonrió.
-Juntos.

I'm gonna stay right here by your side,
Do my best to keep you satisfied
Nothin' in the world could drive me away
'Cause every day, you'll hear me say

Jared Borship, un pueblerino de por allí, oyó la conversación de los dos hombres. Iba todos los días a las siete de la mañana a esa cafetería a desayunar antes de entrar a trabajar a las siete y media.
Veía todos los días a esa pareja. No era homofóbico, para nada, pero le había quedado el doloroso recuerdo de su hermano y ese hombre…
No. Definitivamente, homosexualidad y él no iban de la mano. Pero respetaba a los que eran homosexuales, es decir, ¡su hermano lo era!
Pero algo tenían esos dos que los demás no. De alguna parte los habían visto, quizás los había cruzado o quizás…
“-Seguimos informando, desde la edición central. Hoy se cumplen tres meses desde la desaparición de los dos jóvenes previamente anunciados. Frank Iero tiene diecinueve años y Gerard Way veintiséis. Al parecer, el mayor habría secuestrado al menor de su casa y se habrían fugado juntos por un amor el cual su familia no aceptaba…” –habló la periodista del noticiero local.
Ellos eran. Frank Iero y Gerard Way. Los tan buscados jóvenes.
El hombre sacó su celular y llamó al número que aparecía en pantalla.
-¿Hola? ¿Cheech Iero? Creo que sé dónde está su hijo…

Baby, I'm yours
And I'll be yours until two and two is three,
Yours, until the mountains crumble to the sea
In other words, until eternity

Pocos minutos después, cinco patrulleros anunciaron su llegada en la pequeña cafetería. Frank se puso blanco como un papel, y Gerard lo observó mirar hacia fuera, lo que él también hizo.
-Maldita sea, alguien les avisó –susurró Gerard. Mónica se adelantó con el pedido, y observó la cara de los enamorados. Miró hacia los patrulleros, y de nuevo a ellos.
-¿Frank? ¿Gerard? –susurró. Los dos asintieron con la cabeza.
Frank comenzó a llorar, y Gerard lo abrazó.
-Tranquilo, Frank. Nunca nos van a separar, fue una promesa. Hey… -le sacó las manos de su cara y le secó las lágrimas- …para siempre, ¿te acordás? Nunca van a separarnos… -volvió a abrazarlo, y miró a Mónica.
¿Qué iban a hacer ahora? Estaban rodeados, no podían salir. Quizás, si volvieran a su casa y sus padres vieran lo mucho que se aman…
-Vengan. –dijo Mónica. Gerard llevó a Frank a cuestas, ya que el menor lloraba desconsoladamente.
Los guió a una… una…
-¡Puerta trasera! –susurró Gerard con esperanza. -¿Estás segura de que…?
-Gerard, nadie más que los empleados conocen esta puerta, y sólo la usan para los cambios de turno… y el próximo es dentro de tres horas. Así que apresúrense… -Frank la abrazó agradeciéndole y salió.
-Gracias Mónica… si necesitás algo alguna vez, no dudes en llamarnos, siempre vamos a…
-¡Vamos! –sonrió ella- Gerard, no te preocupes. Yo voy a estar bien, aunque ustedes me preocupan… -los dos observaron a Frank, allí parado, impaciente por irse y haciendo de campana.- Les tomé un gran cariño desde que empezaron a venir… prometeme que se van a cuidar, que vas a cuidarlo… -él la abrazó, derramando algunas lágrimas.
-No te preocupes por nosotros, Mónica. Mientras estemos juntos, nada malo puede pasarnos. –ella sonrió, y empujó a Gerard fuera de la cafetería cuando oyó que alguien se acercaba.
Los amantes corrieron hasta la estación de tren y tomaron el primero que pasó por allí. No se los volvió a ver en el pueblo… ni en ninguna parte.

Baby, I'm yours
(Til the stars fall from the sky)
Baby, I'm yours
(Til the rivers all run dry)
Baby, I'm yours
(Til the sun no longer shines)
Baby, I'm yours
(Til the poets run out of rhymes)

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